“Tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo” – Salmo 92:10
No es solo una remera, es un grito de poder.
La fuerza del cielo corre por tus venas.
Firme como el búfalo. Salvaje como el toro. Ungido por Dios.
Vístete con propósito. Camina con autoridad.
Como el búfalo, que resiste tormentas con la cabeza en alto y no se doblega ante la adversidad.
Como el toro salvaje, cuya fuerza bruta hace temblar la tierra bajo sus pasos.
Esta remera no solo viste, declara.
Declara que tus fuerzas no vienen del mundo, sino de lo alto.
Dios te fortalece con la potencia del búfalo: firme, resistente, sin miedo.
Te empodera como el toro salvaje: imparable, determinado, lleno de vida.